Llueve. Piso laberinto y llueve
Frota el silencio. Cruje abandono sobre el reuma de las tejas
Calle abajo, aguacero barre con tanta tristeza
Otra vez la tarde golpeando, cuenta regresiva
Llueve. Enmohece al hombre la espera y llueve.
Salvaje se levanta el Fauno, olor como a siesta, rubor a pachulí también
Suspira la casa, entibia los maullidos de alguna fiereza
Extraña y tímida la humedad brota desafinando al tiempo
Lluvia, sopor de verano alejándose del encierro
Duran las estaciones, la brizna bulliciosa cósmica seduce
al peregrino, lo invita a pasar.
Lucen las reinas rojas por brillo propio. En el solarium de la locura se reflejan, apenas se nota el miedo a las palabras.
Arco iris, abdicando al final del camino
Anuncia temporal de Felicidad.
2 comentarios:
pensé que era lluvia dorada
tomo estos versos como respuesta a aquella verdadera "carta a una estudiante de letras" del año 2005/06
muy bellas palabras
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