lunes, 23 de enero de 2012

Enrique Zolo

Confesiones a solas

Creo que estuve en este lugar; las sensaciones electrizan. Fuera del mundo las latitudes se tejen.
Corrompiendo silencios, este infierno parece tan poca cosa; entre sombras sin voces, estoy a punto de agarrarme a algo.
Las cartas estan manchadas de vino, agrio perfume narciso.
Siento que el temblor ya no me sostiene. La represión esta a la vuelta de un sueño.
La muerte esta celosa; solo son figuraciones entre gritos. La alegría está ebria en un rincon olvidado.
Todo fue un juego que empezo ayer. Creo que estuve en este lugar, entre sombras sin voces.


Lucidez silenciosa

Invierno desangra,
promulga silencio.
El cielo cuajado de incierto
abre los portales del alma,
hace cantar al soñador reprimido.
Demasidas luces,
demasiadas sombras,
lucidez silenciosa.
la noche recoge sus frutos,
lubrica las lujurias.
Invierno desangra
promulga silencios.


Acerca del Alma 

Veo una radiografia de la ciudad, y los asaltantes del paraíso rompen el delicado equilibrio en este territorio en penumbras donde el silencio, que no termina, hace que este libro de arena se me escape de las manos.
El futuro ya se fue y la gente como si nada se pierde en la boca de los subtes, y lo que no se nombra se dice en silencio, detrás de los jardines del olvido. La ciudad ausente enciende las luces y este cuaderno de arena se desgrana y los mapas de los espejos se confunden en este sentimiento hecho carne. Veo la radiografia del mundo y otro vuelo de magia se pierde con un soplo de sombras que se lleva el silencio.
El tiempo no para y este sentimiento sagrado ya no quiere recordar el sentido de esto, y lo que nombra sobrevive, lo que calla explota, en otros sentidos.

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